«Cuando yo vivía en Venezuela veía el Vaticano como algo inalcanzable y aquí estoy»: Marinellys Tremamunno
A propósito del fallecimiento (31 de diciembre de 2022) y el funeral de Benedicto XVI, un Papa inusualmente enterrado por otro Papa, conversamos con la comunicadora venezolana Marinellys Tremamunno, que es corresponsal en el Vaticano de las cadenas mexicanas Uno TV e Imagen y se ha convertido en una de las principales referencias informativas para Latinoamérica en la sede del catolicismo.
—Tomando en cuenta que Benedicto XVI no fue tan popular en vida como (por ejemplo) ese "monstruo mediático" que fue Juan Pablo II, ¿te sorprendió la asistencia masiva en su funeral?
—Comparar los pontificados de Juan Pablo II y del papa Benedicto XVI sería injusto. Porque estamos hablando de dos personas completamente diferentes, con una formación completamente diferente, en épocas completamente diferentes. Además fueron dos pontificados que duraron también una cantidad diferente de años. Benedicto estuvo como Papa menos tiempo (7 años y 315 días), Juan Pablo II estuvo más de 26 años, Francisco va a cumplir 10 años en marzo. Efectivamente, después de Juan Pablo II a lo mejor no se esperaba que un Papa emérito tuviese este impacto mediático que tuvo la muerte del papa Benedicto. Sin embargo, considero que no era de extrañarse. Estamos hablando siempre de la muerte de un Papa. Lo que genera un impacto, siempre lo ha generado en toda la historia de la Iglesia.
La venezolana Marinellys durante su reporte del funeral de Benedicto XVI | Instagram
Y adicionalmente tenemos que sumar este hecho inédito en la historia moderna: que un Papa, en vida, celebrara el funeral de un Papa emérito, o sea, de otro Papa. Esto en la historia moderna de la Iglesia Católica no había sucedido, y hablo de la historia moderna porque el papa Benedicto no es el primer Papa que renuncia. Según informaciones que he podido corroborar, es el octavo Papa que renuncia en la historia de la Iglesia. Si comparamos con la cantidad de papas que ha tenido la Iglesia Católica, el papa Benedicto fue el número 265. No es común que un papá renuncie. En la historia reciente esto no había sucedido.
A pesar de que estos últimos casi 10 años estuvo prácticamente en silencio, en un aislamiento voluntario, era normal esperarse que al momento de su muerte existiese este impacto. Tanto por este hecho inédito, que acabo de explicarte, como también por lo que significa el pontificado de papa Benedicto. Estamos hablando de un Papa al que se le puede llamar, o se le están haciendo ya los trámites para llamarlo Doctor de la Iglesia, porque es un Papa que teológicamente ha dejado un legado sumamente importante y se ha convertido prácticamente en una bandera de esa parte de la Iglesia que defiende, digamos, los pensamientos conservadores y lo que es la doctrina como tal. La Doctrina Social de la Iglesia.
Y acoto que la figura de Papa Benedicto es importante también en un momento en donde la Iglesia Católica, con el actual pontificado, vive luchas internas. El pontificado del Papa Francisco intenta hacer algunos cambios que, para las tendencias más conservadoras, van en contra muchas veces de lo que es la doctrina. Y esto ha generado algunas luchas internas. Ese sector que defiende los pensamientos más conservadores, esa doctrina, digamos, que ha visto en Papa Benedicto justamente una figura de referencia debido a su gran legado a nivel teológico. Entonces, considerando lo que significa su figura en el momento actual, era de esperarse este impacto.
—Te has convertido, para los latinoamericanos, en una de las principales referencias de información responsable sobre el Vaticano. ¿Tienes alguna anécdota sobre tu experiencia como periodista allí?
—Lo que más me ha impresionado y me impresiona todos los días que uno pisa cualquier edificio o cualquier área que forme parte de la Ciudad del Vaticano —y sobre todo la Basílica de San Pedro—, es cómo se preservan las obras de arte y también los Archivos Vaticanos. No sólo de los principales artistas... Ese legado cultural que es la base del mundo occidental se encuentra, sin duda, dentro de los edificios de la Ciudad del Vaticano. Es impresionante, por ejemplo, lo que el Museo Vaticano contiene, conserva y preserva. Gracias al Museo Vaticano podemos ver, por ejemplo, grandes obras del Imperio Romano. Si no lo hubiesen preservado en el Vaticano a lo mejor esas obras no existieran. Todo el archivo Vaticano tiene un valor importantísimo para la historia del mundo occidental.
Entonces yo creo que la Ciudad del Vaticano, que es el país más pequeño del mundo hablando en metros cuadrados, tiene una grandísima importancia para el mundo occidental. Allí está el corazón de lo que somos, de la cultura occidental.
Adicionalmente, ya en el nivel religioso y espiritual, es impresionante ver la devoción que se genera en torno a la Santa Sede. Porque son dos cosas diferentes. La Ciudad del Vaticano es, digamos, el Estado o el país. Luego está la Santa Sede, que es el el gobierno, por decirlo de alguna manera, o la cabeza de la Iglesia Católica representada en la figura del Papa, que es la imagen de San Pedro en la Tierra o el sucesor de Dios en la Tierra. Es impresionante ver la devoción que hay en torno a a la Santa Sede, lo que se ve allí en la Plaza de San Pedro, los peregrinos.
Los mismos artistas forman parte de este legado que te explicaba anteriormente. Ofrecían sus obras y su arte al Vaticano como muestra también de esa devoción, y y eso se puede ver cuando uno pisa allí San Pedro, cuando uno pisa los Museos Vaticanos, cuando uno camina y ve los peregrinos. Esto me ha impresionado muchísimo.
Una anécdota que te puedo contar y que tiene que ver con Venezuela... Yo te confieso: no sé cómo terminé yo en el Vaticano. Simplemente envié mi currículum a un canal de televisión mexicano —entonces pequeño, luego ha crecido— que estaba buscando una corresponsal y fui elegida.
Así fueron mis inicios como corresponsal aquí en el Vaticano. Yo creo que eran los designios de Dios, porque fue algo que se me presentó sin yo buscarlo. Se presentó la oportunidad y lo supe por un anuncio que vi casualmente en Facebook. Y mandé mi currículum y aquí estoy. Así que bueno, me tocaba, porque ni siquiera hubo una "palanca".
Simplemente se dio la oportunidad y estando aquí viví todo el proceso de la época difícil que vivió Venezuela, cuando hubo grandes persecuciones, todo ese momento difícil en donde muchos personajes políticos de oposición vinieron a reunirse con el Vaticano. El Vaticano participó en algunos diálogos y de alguna manera yo, para tratar de colaborar, acompañé a muchas de estas personas que venían desde Venezuela a estas reuniones en la Santa Sede. Me tocó incluso en algunos momentos pedir la cita, o sea, de colaborar de alguna manera para gestionar estos encuentros y y acompañarlos.
Te hablo de ya hace bastante tiempo, de hace muchos años, y la anécdota es que en varias oportunidades yo mandé solicitudes al cardenal Pietro Parolin (secretario de Estado del Vaticano) para que recibiera a alguna de estas personas que vinieron. Pude entender también que el cardenal Parolin tiene una gran preocupación por Venezuela y y la anécdota es que en un par de oportunidades recibí llamadas a mi móvil personal hechas directamente por el propio cardenal Parolin. Estamos hablando del secretario de Estado de la Santa Sede, es como decir, para que tengamos una idea, el hombre número dos de la Ciudad del Vaticano, o sea, la persona que viene después del Papa Francisco en cuanto a importancia. Y una persona que tiene tanto de qué ocuparse, no solamente de Venezuela, ¡y yo recibo una llamada en mi celular! Yo como una "mortal", de un personaje tan, tan importante, que lleva tantos temas internacionales tan importantes, y que me llame a mí a mi celular directamente y que no lo haga su secretario, por ejemplo, sino que él levantó el teléfono y me llamó. ¡Algo que yo no me esperaba! Yo vi que entró una llamada con número desconocido en mi teléfono y cuando respondo pensando que era cualquier cosa me encuentro con la sorpresa de que era el cardenal Parolin directamente y esto me sucedió, no una, sino dos veces.
Esto es una anécdota que cuento con mucho cariño, porque me dio varias lecturas. Primero la humildad del cardenal Parolin de hacer una llamada de esta manera a una "mortal" como yo. Segundo, me demuestra la preocupación que tiene él a nivel personal por Venezuela al tener este gesto conmigo. Tercero, lo bonito que personas con roles tan importantes tengan un gesto de este tipo y uno entonces allí se da cuenta de que son seres humanos y personas comunes y corrientes como nosotros. A veces uno tiende a a idealizar. Cuando yo vivía en Venezuela veía el Vaticano como algo inalcanzable y aquí estoy. He tenido la posibilidad de de conocer personas importantes a través de mi trabajo y doy gracias a Dios por esto.
—¿Cómo es la relación del resto de Roma con el Vaticano, sobre todo en estos tiempos de progresivo laicismo global?
—En cuanto a la gravitación que tiene el Vaticano con Roma y con Italia, te digo que es sumamente importante, a pesar de que efectivamente el mundo a nivel general avanza por un proceso de laicismo. En Italia digamos que ese proceso ha tenido un impacto muchísimo menor y y eso se debe sin duda a la presencia del Vaticano dentro de Italia. Roma no vive a espaldas del Vaticano: Roma depende del Vaticano en todos los niveles y eso nace desde la forma como se establece la Ciudad del Vaticano... Existen los Pactos de Letrán, que se firmaron cuando Italia reconoció la Ciudad del Vaticano como país independiente y soberano, a pesar de que se encuentra dentro de su territorio. En estos Pactos de Letrán, que fueron firmados por Mussolini, de alguna manera se establece cómo son esas relaciones políticas y religiosas. Empezando por lo que está escrito en esos Pactos de Letrán, que es ley... Aparte de eso, la influencia del Vaticano es sumamente importante. Pero no solamente para Roma: para Italia y yo creo que a nivel mundial.
Aquí, como fuente informativa, no solamente se trata de temas religiosos. Es impresionante ver cómo prácticamente todos los días el Papa recibe a importantes políticos y y no solo el Papa. El cardenal Parolin o el cardenal Paul Richard Gallagher, que son digamos los representantes que llevan las relaciones diplomáticas del Vaticano, constantemente están llevando temas políticos internacionales. Y es reconocida a nivel mundial la importancia que tiene la diplomacia vaticana.
Entonces yo creo que a pesar de que ese proceso de laicismo que se está viviendo a nivel mundial, el Vaticano no deja de tener influencia en el nivel italiano y en el nivel internacional. Te confirmó que la importancia, el peso que tiene el Vaticano es impresionante, o sea, desde las decisiones políticas, que pasan casi todas a través de influencias que seguramente ejerce el Vaticano sobre el gobierno italiano, hasta temas cotidianos de la ciudad de Roma como tal, y entonces te confirmo que efectivamente Roma no vive a espaldas del Vaticano.
Roma está muy, muy conectada al Vaticano incluso a nivel económico, o sea, el Vaticano es un pulmón económico importantísimo para Roma por la cantidad de turistas y de peregrinos que mueve el Vaticano. Eso es un flujo económico impresionante para la ciudad, la cantidad de restaurantes, hoteles, guías turísticas, todo se mueve en torno a ese flujo de peregrinos y de turistas que sin duda vienen a visitar los Museos Vaticanos, la Plaza San Pedro y la Basílica, que son millones de personas. Entonces el impacto no solamente es político a nivel local, sino también internacional, nacional y hasta económico.
—¿Qué sientes que viene para el Vaticano en los próximos años?
—Esta última pregunta yo creo que es la más difícil de todas las que me has hecho, porque efectivamente Francisco es un papá de edad avanzada, pero es un Papa que está intentando hacer una serie de cambios que no necesariamente se han visto con buenos ojos por una buena parte de la Iglesia.
Como te explicaba, el reto más importante que tiene la Iglesia Católica, sobre todo después de la muerte de papa Benedicto, son esas fuerzas internas que están luchando. Esos cambios que para algunos van contra la Doctrina Social de la Iglesia. O sea, entre quienes promueven —por decirte— la Teología de la Liberación y estos cambios como, por ejemplo, que las mujeres puedan oficiar misas o el reconocimiento de las parejas homosexuales, que son cambios que para algunos intentan actualizar a la Iglesia Católica con los nuevos tiempos. Pero la realidad es que van en contra de lo que es la doctrina como tal de la Iglesia, porque la doctrina, digamos, no permite muchos de esos cambios que se intentan hacer.
Yo tengo mi opinión muy personal sobre esto. Hay temas que son, según mi opinión, antinatura, como por ejemplo permitir que parejas homosexuales puedan criar hijos. Son temas bastante polémicos porque entiendo las luchas de estos sectores LGTB. Pero, por ejemplo, nadie ha pensado si ese niño realmente quiere crecer dentro de una pareja en la que no tiene derecho a tener un papá y una mamá. Porque no lo digo yo, sino porque es así en la naturaleza y en todos los los seres vivos: dos sexos que se complementan para poder generar una vida de manera natural, entonces digamos que luchar contra esto también es luchar contra la Doctrina Social de la Iglesia, y hay dos tendencias y dos fuerzas que están luchando internamente, y creo que el reto más difícil para la Iglesia en este momento es que se siga manteniendo un equilibrio para que no se destruya esta institución, porque lamentablemente intentar hacer ciertos cambios está generando también pérdida de fieles dentro de la Iglesia Católica. Te lo digo con toda honestidad.
Yo no veo la misma cantidad de fieles en la Plaza de San Pedro, en los eventos del Papa Francisco, que veía al inicio de su pontificado. He visto que que no tiene la misma popularidad. No solamente por intentar hacer estos cambios que, para los fieles un poco más conservadores, no son bien vistos. Sino también por cómo se mueve él a nivel político. Ha generado muchas molestias en algunas declaraciones que ha dado, incluso con temas relacionados con Venezuela. Entonces yo creo que el reto más importante que tiene este pontificado es avanzar sin generar fracturas importantes que puedan llevar a una ruptura radical o a un daño importante a lo que significa la Iglesia Católica, no solamente a nivel de sus seguidores, sino también como institución que sin duda tiene un peso —como expliqué anteriormente— a nivel internacional. Es el reto más importante: que permanezca la Santa Sede a pesar de estas luchas internas y nuestra fe (como católicos) pueda seguir intacta en medio de todas estas dificultades.
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