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Que los parques nacionales no se cuiden solitos 🏞️ (serie Massinha)

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Alrededor de 21 % del territorio de Venezuela está resguardado para nuestros descendientes bajo la figura de “parque nacional” (un total de 44). Si sumamos otras áreas protegidas, el porcentaje se dispara a 56 %, un récord regional, lo dice el Banco Mundial. Eso suena bellísimo.


A Maduro (sí, a Maduro) le debemos la creación de uno de los más recientes y el más grande de todos esos parques nacionales, el Caura (estado Bolívar) en 2017, que todavía no aparece en muchos mapas. Pero también, que no se te olvide, el decreto del Arco Minero del Orinoco (2016). Este reportaje de Mongabay en Español te cuenta algunas de las contradicciones alrededor


Brasil, por su parte, cuenta con 76 parques nacionales que abarcan solo 3 % de su gigantesco territorio. Si contamos otro tipo de áreas protegidas, el porcentaje se eleva a 30 %. Hasta ahora, solo hay una experiencia de parque binacional entre ambos países: el conjunto Serranía de la Neblina (Venezuela)-Pico de la Neblina (Brasil), decretado a finales de los años 70.


Recordemos que Venezuela, durante la mayor parte de su historia moderna, se ha desarrollado alrededor de las explotaciones petroleras en la franja costera, lo que ha permitido “salvar” parte del sur, aunque este patrón está cambiando aceleradamente en años recientes. Los brasileños tienen su propio incendio prendido en la Amazonía, al vaivén de los cambios políticos: en teoría, el país vecino en este momento es un gobernado por un presidente (Lula) con mayor inclinación a la protección de áreas verdes. Su antecesor, Jair Bolsonaro, tomó decisiones tan controversiales como la privatización de un trío de parques nacionales. Por otra parte, la legislación de Brasil con respecto a las tierras de propiedad indígena es mucho más sólida jurídica y políticamente, no un mero discurso de la boca para afuera cada 12 de octubre. 


El propio concepto de “parque nacional” no está libre de controversias. ¿Si la población de tu país crece y necesita espacios, es ético priorizar los espacios protegidos? Muchos biólogos, que a veces pueden parecer los nerds románticos y antipátocos en esta historia, por su parte piensan que tan importante como los parques nacionales es crear “corredores” de vida silvestre entre ellos, pues muchas especies no conocen de territorios delimitados.


¿Están cumpliendo su papel los parques nacionales en la frontera de Brasil y Venezuela? “No es una respuesta en blanco y negro. Sin que esto exima a los Estados de sus responsabilidades, es una región compleja desde el punto de vista logístico. El acceso es difícil y los recursos económicos que se requieren para vigilancia, mantenimiento y control de los parques nacionales son altísimos”, dice Juan Carlos Amilibia, biólogo y guía turístico, y agrega: “No es sencilla la meta de proteger 100% estas áreas. En muchos casos son tierras de nadie. Es cierto que hay afectación dentro de los parques nacionales de Venezuela en la frontera, por ejemplo con la minería ilegal, pero también es cierto que esta afectación es menor si la comparamos con la que ocurre fuera de los parques”.


La bióloga María “Tina” Oliveira, que trabaja para la ONG Wataniba, coincide a título personal: “Todas las informaciones con las que contamos apuntan a que no podemos afirmar que nuestros parques nacionales en la frontera sur no sirven para nada. En su mayoría coinciden, por otro lado, con tierras ancestrales indígenas. En muchos de estos parques nacionales se está yendo en contra de la ley venezolana, pero la transformación del espacio en ellos es menor que con respecto a lo que ocurre en la periferia”.


“No creo que se esté cumpliendo mucho desde el punto de vista de la normativa legal, ni en el lado de Venezuela ni el de Brasil. Los parques nacionales de Guayana y la Amazonía siempre han estado desatendidos. Hay una grave carencia de personal capacitado para la labor de guardaparque”, considera el ecólogo Enrique La Marca, profesor emérito de ULA. Pero también matiza: “Muchos de estos parques se cuidan solitos. Están en zonas remotas, o en posiciones topográficas empinadas, o no cuentan con los suelos más adecuados para siembras”. La gran pregunta es si estas áreas protegidas podrán seguir así con el paso de los años: mejor no me defienda, compadre, que yo me defiendo solo.   



Massinha es una serie de contenidos especiales sobre ambiente, salud y migración en la frontera Venezuela-Brasil


Versión extendida de la Massinha en la Arepita del 15/02/2024


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