Massinha | Doutor, o que eu tenho? 🩺

Nuestra pana Pierina Sora entrevistó a venezolanos que viajaron a Boa Vista y Curitiba para tratarse sus achaques, y nosotros aquí te contamos qué se necesita | Cápsula Migrante

Bajo el principio de acceso universal e igualitário, el Sistema Único de Salud (SUS) de Brasil no distingue entre «jajaja» y «kkk»: ofrece atención médica gratuita a cualquier persona dentro del territorio brasileño, sea nacional o extranjero. Este modelo, amparado por la Constitución Federal de 1988, abarca procedimientos básicos y otros más complejos, como el trasplante de órganos, servicios de ambulancia y emergencia, atención hospitalaria, asistencia farmacéutica, entre otros.

Para gozar de sus beneficios, el primer paso es tener un Cartão Nacional de Saúde (tarjeta SUS), un documento que contiene el historial médico de su portador. Lo consigues con una Tarjeta de Registro Nacional de Migración, que puede tramitarse en instituciones estatales o en organismos que prestan apoyo a los refugiados. También necesitas el CPF (por si no recuerdas nuestra segunda Massinha: es el RIF de allá).

Este sistema no solo resulta útil para aquellos que no pueden pagar atención privada en Brasil. Cuando vives en Santa Elena de Uairén y toca echarse un viaje de más de 10 horas en una carretera con más cráteres que la Luna para ir al centro de salud venezolano más cercano, que probablemente no tenga ni agua, pues sale mejor ir a la vecina Pacaraima a atenderte. Sin embargo, así no vivas tan al sur, hay enfermedades que demandan tratamientos especializados, como la diálisis o la quimioterapia. Entonces, hay que rodar un poco más, hasta Boa Vista, o seguir a otros estados para recibir el tipo de atención que Venezuela ofrece con muchas deficiencias o incluso no lo hace.

Por supuesto, el idioma a veces puede ser una barrera entre doctores y pacientes. Tampoco el sistema público de salud de allá es perfecto. Déficit de profesionales, tiempos de espera que pueden resultar eternos, fallas estructurales, entre otros males. Y nunca faltan voceros del gobierno brasilero que señalan a la migración venezolana como la causa, particularmente en el estado norteño de Roraima —que alberga una cantidad considerable de paisanos—, a pesar de que son problemas de larga data.