Por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género. Este fue el tema de la ONU para el Día de la Mujer 2023
El lenguaje de programación es contundentemente binario y suponemos que neutro: un "1" y un "0" siempre son un "1" y "0" para todos. Entre bites, sin embargo, la brecha de género puede ser tan o más desigual que fuera de las pantallas. Derechos digitales: le damos la palabra a Mariví Marín, quien frente al equipo de Probox monitorea las distorsiones de la conversación política sobre Venezuela en redes sociales.
—¿Una situación no tan visible que se mantenga en el espacio digital y sobre la que te gustaría alertar?
—Para nosotros (en Probox), un equipo integrado en su mayoría por mujeres, nos preocupa mucho precisamente que los ataques digitales que reciben las mujeres se enfocan en agresiones en contra del género. Es decir, aunque lo que desencadena esta arremetida suelen ser otros temas —el trabajo, el rol, la figura o la institución que representas—, las respuestas, ataques y agresiones que reciben son directamente en contra del género. Poco tiene que ver con el trabajo que hacen, como desafortunadamente pasa también en la vida real.
—Con frecuencia trabajas el tema de la desinformación y la manipulación maliciosa de la conversación en redes. ¿Algún caso que te parezca emblemático?
—Desde nuestro observatorio hemos documentado varios grupos que manipulan la conversación digital. Uno de ellos lo catalogamos como “redes anónimas”. En 2020 esta red estuvo muy activa generando ataques y difamación en contra de la oposición venezolana; entre estos registramos tendencias en contra de Lilian Tintori o Fabiana Rosales, difamándolas. Lo curioso es que estos ataques siempre estaban relacionados con su género, las acusaban de ser “monta cachos”, “materialistas” o “básicas”, pero no con su liderazgo o labor en la política venezolana. De igual manera pasa con las embestidas contra periodistas venezolanas. Lo preocupante de esto es lo normalizado que está: que cuando una mujer expone o denuncia algo, cuando no se tienen los argumentos para el debate, los ataques sean insultos por ser mujer y nada tengan que ver con su trabajo.
—¿En tu organización han aplicado nociones de lenguaje de género? ¿Qué es lo más retador al enfrentar estereotipos ancestrales que se perpetúan en espacios digitales?
—No soy periodista, soy politóloga, pero 85% de mi equipo somos mujeres y nos enfocamos principalmente en el área de tecnología, espacio mayoritariamente dominado por los hombres, así que diariamente nos enfrentamos a mucho mansplaining en nuestro trabajo. En general ese es uno de los principales prejuicios que afrontamos constantemente. Existe —por parte de algunas personas— subestimación a nuestros hallazgos simplemente por ser mujeres, pero este es otro de los prejuicios que también estamos decididas a derrumbar.
—¿Qué soluciones propones para superar las desigualdades y violencias que se siguen perpetrando en Internet y RRSS?
—Me inspira sobre todo la visión de las nuevas generaciones, que vienen con muchos menos prejuicios y estereotipos de género que las anteriores. La educación es una de las principales herramientas para reducir esa brecha de género: la lucha de las mujeres o los grupos LGBTI+ no consiste en “imponer una visión”, sino en que sean respetados nuestros derechos humanos. Apoyarnos entre nosotro(a)s es indispensable, que esta solidaridad se exprese no solo en palabra sino también en acciones: apadrina a otras mujeres, abre espacios para otras como tú, denuncia los discursos de odio aunque no sean contra ti, celebra los logros de otras mujeres, etc. No detenerse ante estos obstáculos. Impulsar, motivar e inspirar a otras, para que logremos romper ese techo de cristal que nos han impuesto.
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