La gerencia de Alexander "Mimou" Vargas, un exbasketero muy vinculado al oficialismo, no impidió que Taurinos de Aragua quedara fuera de la "Superliga" l Crónica Uno
Taurinos de Aragua (equipo de la Superliga de baloncesto) fue descalificado tras una situación de impago a sus jugadores. El 14 de agosto, el veterano futbolista Marlon Fernández insinuó que algunos futbolistas del Táchira vivían casi que de pan con mortadela, aunque luego se echó para atrás. ¿Qué está pasando en el deporte venezolano? Hablamos con Juan José Sayago, periodista con una visión de águila sobre todas las disciplinas de mente y músculo 🦅
—¿Hay un patrón común en el deporte venezolano en relación a las deudas?
—Las deudas en el deporte venezolano son un patrón común porque el Estado hoy en día centraliza absolutamente todo el deporte. Todo. Hay algunos patrocinios privados, pero son muy pocos y estos privados están sujetos también a los cambios y reglamentaciones que hace el Ministerio de Deporte, que es el ente regulador del gobierno y da la aprobación final porque es el que maneja los presupuestos en Venezuela. Entonces, el patrón común existe porque hay un centralismo de Estado en cuanto al tema deportivo y por eso esta relación de deudas.
Es imposible hacerse cargo de todo porque, además, no hay una dirección hacia la que vaya el deporte. Si lo que se quiere es invertir en alto rendimiento, si lo que se quiere es que la gente esté más saludable… No hay un plan deportivo en el país y lo que se va es solventando situaciones poco a poco para que estas situaciones den un espejo que realmente no es el verdadero. Prueba de ello son los Juegos Olímpicos, cuyos resultados no tienen nada que ver con lo desarrollado en el país. Al ser el Estado el director de la orquesta y no haber podido controlar la economía, simplemente el deporte es un reflejo de todo esto.
—Cada caso es particular, ¿pero se han tomado correctivos concretos para evitar esto?
—No se ha tomado ningún correctivo porque las deudas existen y seguirán existiendo. Y ojo, por ejemplo, en el tema de clubes (profesionales) se está notando un poco más porque ha habido una presión mediática, pero aguas abajo, en deportes que no tienen esa proyección, mantienen deudas viejísimas con instalaciones deportivas, con material, con proveedores extranjeros, incluso con algunos temas que tienen que ver con transmisión de televisión de algunos eventos deportivos. Venezuela hay eventos a los que no asiste porque tiene deudas con los broadcasters. Entonces no ha habido ningún correctivo, simplemente lo que se ha hecho es ir resolviendo con paños de agua tibia.
Hoy en día, en Venezuela, el hecho de llegar a un evento es un logro y, ponte a ver por ejemplo, lo que costó que Venezuela tuviera la posibilidad de tener los Juegos Olímpicos en vivo. Había una deuda con un proveedor de broadcaster y Venezuela por poco se queda sin ver los Juegos Olímpicos. ¿Quién salió a responder? Papá Estado. Hubo que hacer un presupuesto, porque no hay manera de mercadear de forma privada al deporte.
—Gran parte de la atención se la llevan las deudas en los clubes de fútbol, ¿pero hay más casos de los que no se habla tanto?
—Sí, hay casos de los que no se habla y son, precisamente, aguas abajo. En deportes que no son tan conocidos. Hay entrenadores de grandes atletas que no tienen ni siquiera un contrato. Por ejemplo, Ruperto Gascón, el entrenador de Rubén Limardo, no tiene un contrato desde hace más de seis años. Bajo esa premisa, no hay posibilidad de saldar una deuda, sino que se ha venido trabajando: ‘Mira, te doy un poquito aquí, te doy otro poquito cada seis meses’. Pero hay atletas de altísimo rendimiento, hay selecciones de altísimo rendimiento, que no tienen contratos con sus entrenadores.
—¿Desde cuándo se viene presentando este problema?
—Yo creo que esto surge, aproximadamente, desde el año 2010 o 2011, más o menos. Y claro, después de la depreciación total de la moneda, de la crisis económica evidente, de todo lo que ha pasado en el país, se ha venido incrementando la situación y esto lo que ha hecho es traer deudas acumuladas desde hace mucho tiempo.
—El problema de los clubes que entran en impago no es exclusivo de Venezuela, pero... ¿qué tan vulnerables estamos?
—Bueno, hay una crisis mundial también, eso es evidente. El problema es que la vulnerabilidad de Venezuela pasa porque no tiene un sistema económico, ni una dirigencia deportiva —en el caso del Ministerio del Deporte— capacitada para administrar el deporte y el talento. En Venezuela hubo una cantidad de forfaits (incomparecencia a eventos) impresionante entre 2016 y 2019. Venezuela participó en los Juegos Panamericanos gracias a un aporte de PanamSports. Si no, no iba a poder participar.
Hay atletas que han tenido que emigrar y dedicarse a otras actividades completamente diferentes. Freddy Valera (karateca) trabajaba en la construcción en Miami; Paola Pérez, en algún momento, trabajó en una pizzería; vimos el caso de Limardo trabajando como Uber driver en Polonia. Y así hay una cantidad que no se sabe, y otros que ya incluso dejaron la disciplina, como Eure Yánez.
El fútbol es realmente mediático, pero los clubes reciben aportes cuando van a competencias internacionales, venden jugadores y tienen esa posibilidad. El que es atleta de alto rendimiento, no. Entonces, si ellos lo están padeciendo, si lo está padeciendo el básquet, si hoy la Liga de Béisbol depende sólo de Papá Estado, imagínate qué ocurre aguas abajo. El nivel de vulnerabilidad está centrado y proporcionalmente dado por la vulnerabilidad de la propia economía venezolana, que es cambiante y no tiene estabilidad, en un país donde no hay ningún tipo de confianza.
—¿Hay luz al final del túnel?
—Luz al final del túnel, con esta con esta propuesta de quienes dirigen hoy el Ministerio del Deporte, no la hay. Es simplemente la visión del partido político que gobierna y eso también ha transgredido al deporte. Los llamados “líderes” políticos, que al final terminan decidiendo por la planificación de otros. Y es evidente, se ha notado en diferentes casos. Bajo esta lupa, esta visión estatista, en la que no existe un plan real hacia dónde llevar el deporte, es muy difícil que haya una luz al final del túnel.
Venezuela acaba de obtener el peor resultado en los Juegos Bolivarianos, pero ya se le habían sacado también más de 100 medallas (ventaja de Colombia sobre Venezuela) en los anteriores Juegos (Santa Marta 2017). Venezuela no compite directamente con ningún país de la región. En el caso de Colombia, ya no compite directamente porque no tiene esa capacidad. En Venezuela no hay la posibilidad de hacer un gran evento. Con la dirección de quienes están en este momento, es imposible.
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