
Seguramente has escuchado el tĂ©rmino un montĂłn de veces. No, no es porque estĂ© de moda. Tampoco tiene que ver exclusivamente con ir a la selva. La verdad es que el turismo sostenible, mĂĄs que un segmento, es una forma transversal de gestionar el turismo. Entonces, Âżse puede hacer turismo sostenible en la playa y en la ciudad? SĂ, siempre que se cumplan los criterios de sostenibilidad. En palabras de ONU Turismo: «debe considerar las repercusiones actuales y futuras, econĂłmicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas».
Venezuela y Brasil comparten un destino predilecto para el turismo sostenible: Roraima. Porque no todo es minerĂa y destrucciĂłn en nuestra frontera sur.
đïž Un compromiso moral y legal: sĂ, sabemos que tenerlo en la ley no garantiza su cumplimiento, pero estĂĄ y eso es un paso importante. En Venezuela, contamos con un marco legal para el turismo desde 1937. Sin embargo, en 2012 se promulgĂł su versiĂłn mĂĄs actual, que incluye los principios de sostenibilidad. Un año mĂĄs tarde, Venezuela firmĂł tambiĂ©n una resoluciĂłn de ONU Turismo: «PromociĂłn del ecoturismo para la erradicaciĂłn de la pobreza y la protecciĂłn del medio ambiente». En Brasil estas conversaciones empezaron en 1980. Desde el Estado venezolano no se ha visto mayor acciĂłn, pero los gestores de turismo se han unido para promover el ecoturismo. AsĂ naciĂł Ahete, una red de turismo sostenible venezolano que concentra a mĂșltiples actores en el sector (ojo aquĂ: no es nuestro primer esfuerzo para crear certificaciones sostenibles đ).
đïž Roraima, un ancestro compartido: el Tepuy Roraima es, probablemente, uno de los destinos mĂĄs frecuentes de quienes deciden hacer turismo sostenible, de ambos lados de la frontera. Sus 31 kmÂČ en la cima estĂĄn divididos entre Venezuela (85 %), Guyana (10 %) y Brasil (5 %). Es comĂșn, sin embargo, que el ascenso se haga desde el lado venezolano. Es un viaje que requiere un mĂnimo de cinco dĂas entre ascenso y descenso. Hay mĂșltiples iniciativas de ecoturismo, en Brasil y Venezuela, dedicadas a promover su exploraciĂłn desde el respeto por la naturaleza y por las comunidades indĂgenas que lo rodean. En nuestro paĂs, grupos como Cruz de BolĂvar, Acamparavila, CafĂ© NaiguatĂĄ (que promueve el ecoturismo en Caracas tambiĂ©n) y EcoAventura organizan visitas durante todo el año, cumpliendo con los principios de sostenibilidad đ±
đïž ÂĄAbajo el extractivismo! ONU Turismo advierte que no hay turismo sostenible sin «respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar su patrimonio cultural vivo y construido, contribuir al entendimiento y tolerancia intercultural». Desde Ahete, en Venezuela, este principio integrador ha impulsado iniciativas como el Diplomado de GuĂas en Turismo Sostenible, en Canaima, en el que se han formado guĂas de la comunidad. En un contexto de desprotecciĂłn como el que viven las comunidades indĂgenas en nuestra frontera sur, espacios como este ofrecen una alternativa econĂłmica a las comunidades locales, y una oportunidad Ășnica de explorar nuestros parques nacionales bajo la guĂa de sus protectores ancestrales.
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