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Un "embajador" de Mérida en Bilbao


Yunior Lobo Zurbarán (izquierda), Andoni Goikoetxea, leyenda del fútbol basco (izquierda) y los colores hermanos del Estudiantes de Mérida y el Athletic de Bilbao



Para la Masa Migrante, nuestra sección de los lunes en el newsletter Arepita, el músico y emprendedor de seguridad informática merideño Yunior Lobo Zurbarán (exintegrante de la banda Dioslepague) nos envió unas líneas sobre su experiencia como migrante en Bilbao, País Vasco español


Unas gotas que golpean el vidrio de la ventana de mi habitación al despertar dan el aviso de que un día lluvioso está iniciando. Situación que antes de mi llegada, me cuentan, era más habitual y que, en los cinco años desde que arribé aquí, ha ido en constante cambio, hasta tener unas condiciones cada vez más secas. Esto a causa del calentamiento global, del cual Bilbao no se escapa. Pero incluso con este cambio, esta ciudad y el País Vasco —en general— no deja de ser una tierra mágica y singular y con un clima particular.

Enclavada en el norte de España y como capital económica del País Vasco (es Vitoria-Gasteiz la capital administrativa), surcando el río Nervión o la Ría de Bilbao —como se le conoce— para acceder al Mar Cantábrico, se abre un valle, que da paso a una ciudad que materializa un gran cambio en los últimos 25 años, tal vez, uno de los más relevantes en Europa en este tiempo.

Muchos, en España y en el mundo, aún cuentan con la imagen de Bilbao como ciudad industrial, gris, de grandes chimeneas de fábricas que forjaban el hierro. Y, sobre todo, de la violencia, resultado del terrorismo que causo muchos estragos en la década de los 80 y 90. Y del vasco como persona terca y cerrada. Pero, con el cese de la violencia, se ha dado paso a grandes cambios en la ciudad, para hacer aún más visible a su gente, que desde siempre ha sido trabajadora, innovadora, amable, acogedora y reclama insistentemente lo que se merece.

Si algo me ha transmitido su gente, y lo enmarco con gran importancia, es esa contraloría social no establecida, que a mi juicio como ciudadanos y personas debemos mantener para que una sociedad mejore. Ese espíritu de lucha por sus derechos, por el respeto a sus valores y a su idiosincrasia, esa inconformidad constante y testaruda. Es esto lo que tanto eché en falta en mi Venezuela natal, al punto de hacerme sentir un extraño.

Pero regresando al Gran Bilbao, el mismo constituye un núcleo urbano relativamente pequeño, que crece día a día, con una gran cantidad de servicios que generan una gran calidad de vida, rodeado de espacios públicos amables, museos de gran actividad cultural como el Guggenheim, que transformó la ciudad, alejándola de lo gris y de la apariencia industrial que denotaban sus fábricas. Son muchas las apuestas a la innovación y la tecnología a las que Bilbao y el País vasco se abren hoy en día.

La gran cultura gastronómica, sin duda, es uno de sus grandes atractivos. Nadie puede pasar por Bilbao o el País Vasco en general, y no degustar sus ya famosos pintxos, su chuletón, las anchoas de Bermeo o un Bacalao. Para el vasco el producto kilómetro cero, el de la huerta, tiene un gran valor, no solo por su calidad, sino porque es producto de una tierra por la que siente enorme arraigo.

El euskera sin duda es un idioma milenario y de origen desconocido, y muy difícil de aprender. Pero al estudiarlo encuentras el gran valor poético de sus frases y formas de composición. Jamás es una barrera para comunicarse en Euskadi, pues el vasco reconoce su dificultad. Agradece el intentar hablarlo o aprenderlo y comparte y convive con el idioma castellano sin complejos.

El deporte es una pasión y una forma de vivir, sin duda alguna, El futbol es el que más destaca, gracias al Athletic Club, integrado solo por jugadores vascos (de Euskal Herria: Euskadi, País Vasco francés y Navarra) y cuya afición vive una gran rivalidad con sus equipos vecinos como la Real Sociedad, el Osasuna, el más reciente Éibar o el Alavés de Vitoria-Gasteiz. Pero hay otros deportes insignes, como la pelota vasca, el remo y el ciclismo.

La relación del País Vasco y Venezuela es de siempre. Muchas personalidades de la colonia vasca en Venezuela podemos citar, pero singularmente podemos recordar a la gran comercializadora Compañía Guipuzcoana del siglo XVIII, igualmente el trabajo extendido por la congregación jesuita con la red educativa Fe y Alegría, la misma UCAB y otros centros de educación como el Colegio San Ignacio de Loyola.

Garbiñe Muguruza, Iñaki Anasagasti, Koldo Ugalde, Mikel de Viana, Mikel Erentxun, Fernando Amorebieta, por nombrar algunos de los grandes personajes que patentan esta relación, derivada de la gran migración ocurrida durante la Guerra Civil Española. Venezuela fue refugio y nuevo hogar para una gran parte de la diáspora, que ha contribuido en el desarrollo de nuestro país. Y que hoy da lugar para muchos venezolanos que, como yo, vemos en el País vasco un lugar único e inmejorable para iniciar una nueva vida y un nuevo hogar.

Destaco la vivencia que tuve de ser designado por mi equipo del alma y de mi ciudad, Estudiantes de Mérida FC, para representarlo ante mi otro equipo del corazón, el Athletic Club de Bilbao, para reconocer sus orígenes y su identificación. El Athletic Bilbao fue importante en la historia fundacional del club merideño. En lo personal, jamás olvidaré ser puente conector de esta historia.

En mis composiciones como músico, los paisajes montañosos me recuerdan tanto a mi Mérida de la infancia (salvando todas las diferencias), y el país que deseé tener y ver, que es constante el reencuentro con memorias y sensaciones. Asociaciones como Tierra de Gracia, de la que formo parte, junto a la contribución de venezolanos ya establecidos y de muchos vascos con pasado en Venezuela, ayudan y orientan los que llegan a esta hermosa ciudad.

Bilbao, Euskadi, Eskerrik Asko (muchas gracias).


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